El Prof. Alberto Gutierrez nace el 17 de Octubre del año 1.937 en el seno de una familia compuesta por tres hijos: Carlos, Mario y Alberto, y Alcira (madre) y Roberto (padre). Su infancia transcurre en un campamento Petrolero de la, por entonces, firma multinacional Standard Oil, junto a su abuelo Ruben Rivarola y su abuela Eva.
Culmina el secundario en la conocida y prestigiosa Escuela de Minas de Jujuy, por aquel tiempo dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán.
Con su flamante título de Técnico en Minería, recala a los 18 años en la Ciudad de Buenos Aires, donde vivirá y trabajará hasta los 36 años.
De vuelta en el Norte del País, y ya casado con Ana Obando – docente, investigadora y emprendedora, quien cumpliría un rol determinante luego en su emprendimiento educativo -, cumple el rol de investigador en el reconocido Instituto Lillo de la Provincia de Tucumán.
Más tarde, la pareja tiene dos hijos : Gustavo Ezequiel y Alberto Mario Carlos. Comienza su etapa abocada a la docencia de la Física, la Química y las Matemáticas.
En 1980 funda junto a Ana Obando, la primera Institución de Educación no formal del Norte Argentino y una de las primeras del País, el “Instituto Leibnitz”, imponiendo un esquema innovador en el campo educativo, en el que se instruía sistemática y organizadamente a los alumnos para poder rendir con carácter libre, las materias del nivel secundario de aquella época. Miles de salteños, jujeños y de otras provincias, pudieron culminar, gracias al Instituto, el secundario y así acceder a puestos de trabajo mejor remunerados, en el área privada y pública; otros siguieron carreras universitarias y devinieron en profesionales independientes. Además, en el Instituto Leibnitz se enseñaba, por primera vez en Sata, dactilografía, taquigrafía y otras disciplinas con rápida salida laboral.
Aquello fue una revolución educativa en el Norte Argentino, pues hasta entonces no existía institución educacional privada alguna en esta zona del país, que no fuera de las confesiones religiosas. Marcó el inicio de la educación privada en Salta y fue la primera en difundir mediante campañas de difusión masiva en medios tales como radio y TV, el servicio privado educativo. Podemos decir que también surgió allí en Salta el marketing de los servicios privados, tanto así que el periódico de mayor tirada en Salta, El Tribuno, debió abrir un rubro por entonces inexistente: el de “instrucción privada” en atención a la publicidad periódica y permanente del “Instituto Leibnitz”. Fue además la primera que se ocupó de modo pleno de la educación de adultos.
Imbuídos de un espíritu innovador, más tarde, en 1990 la pareja inaugura el “Colegio del Salvador” primera institución educativa de educación formal, cuya actividad abarcaba desde nivel inicial hasta séptimo grado y Terciario, que encaraban. Se aplicó en el Colegio una currícula moderna y creativa para ese tiempo, incorporando materias tales como teatro, folclore, filosofía y lógica.
Posteriormente, co-funda junto a su hijo Gustavo y su esposa Ana, la Fundación Nuevo Milenio, entidad sin fines de lucro que sintetiza la experiencia educativa de ambos, y del Instituto Leibnitz y Colegio del Salvador; más de tres décadas de bagaje docente son puestas al servicio de la comunidad toda. La Fundación Nuevo Milenio es hoy, gracias al aporte de sus fundadores y a la actividad incansable de colaboradores, docentes, profesionales y de sus autoridades, una entidad señera, referencia obligada y de permanente innovación en el area educativa en el País, capacitando docentes y profesionales de todo el territorio nacional, y países de latinoamerica.
Así la obra del Prof. Gutierrez, culmina con broche de oro, habiendo recorrido un camino profundo en el campo del conocimiento humano, en el que abrevó en las humanidades: Sociología, Filosofía, Derecho, Historia, Geografía, y en las Ciencias Duras: Matemáticas, las Ciencias Biológicas, Medicina y hasta en la Literatura. Su humildad sincera, sin embages, su espíritu siempre libre y creador son un legado innegable a Salta y el País, y particularmente hoy vive y late con fuerza en su esposa y sus hijos, continuadores de sus valores, ideales y sesgo innovador.
La Biblioteca, entonces, creada por la Fundación Nuevo Milenio, lleva orgullosamente su nombre en honor a aquel profesor que un día pensó, que la educación podía ser distinta, y cumplir verdaderamente el desarrollo pleno de la libertad y dignidad humanas, único camino de la construcción vital del individuo realizado.